Un Viaje por la Nutrición de Asia

La nutrición asiática se basa en principios fundamentales que buscan el equilibrio y la armonía. Uno de los conceptos clave es el yin-yang, que se refleja en la combinación de alimentos con cualidades opuestas pero complementarias. Además, la influencia de la medicina tradicional china y ayurvédica guía los patrones alimentarios, enfatizando el uso de hierbas, especias y técnicas de preparación para promover la salud. Otro principio importante es el énfasis en alimentos de temporada y de origen local, asegurando la frescura y los beneficios nutricionales.

Los alimentos estrella de la cocina asiática incluyen granos integrales como el arroz, el mijo y la quinoa, que forman la base de la alimentación. Las verduras, especialmente las de hoja verde, las raíces, los hongos y las algas, también tienen un papel destacado. Las proteínas provienen principalmente de fuentes magras como el pescado, los mariscos, el tofu y las legumbres. Además, se utilizan moderadamente grasas saludables como los aceites de oliva, sésamo y coco, y una amplia variedad de especias y hierbas aromáticas.

Los patrones alimentarios tradicionales de Asia se caracterizan por un enfoque en el «plato balanceado», que busca la combinación equilibrada de alimentos en cada comida. También se prefieren las comidas frecuentes y ligeras a lo largo del día, en lugar de tres comidas copiosas. Asimismo, se practica un consumo moderado de carne, con mayor énfasis en las proteínas vegetales. Algunas culturas incluso valoran los periodos de ayuno y descanso digestivo. Estos hábitos alimentarios tradicionales se han asociado con diversos beneficios para la salud, como la prevención de enfermedades crónicas, la mejora de la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunológico.